martes, 17 de febrero de 2009

S;O

Quiero ver a aquel hombre acechándome en la esquina de cualquier calle, quiero caminar alrededor de él, mirándolo tal como un torero miraría a su victima, ofreciéndole mi cuerpo rojo sangre, desafiándolo a la matanza, susurrarle mátame… invertir los papeles…
Pasaría así la noche entera devolviendo miradas, alzando mi mano para protegerme de las caricias indecentes e inadecuadas, pasaría por tu piel como una suave brisa que te refrescaría pero no calmando del todo tu calor, me enfrentaría ti con mis dedos en tu rostro y mis otros cinco dedos acariciando tu entrepierna, revolvería tu cabello me centraría en tu mirada hasta convertirme en un recuerdo constante y a la vez presente, quiero ser tu deseo más preciado.
Luego haría que me siguieras por las oscuridades de algunas avenidas, que nos sorprenda la tenue luz, esconder mi rostro tan rápido, corriendo en el anonimato, quiero sentir también tus pasos apresurados y agitados, sentir esa soga imaginaria que me atrapa dejándome indefenso, tirado en el suelo, sin saber en realidad que me he tropezado con alguna piedra, caer rendido a los silencios, el mundo calló, indicaste tu sexo y mi boca se abrió…
Hice de aquel acto un oficio, con total delicadeza abrí tu pantalón, acaricié aquel pequeño amante dormido, quería verlo despierto, en pie, orgullosamente en pie; de a poco lo desnude, posé mis labios sin pudor alguno, sentí su olor intenso, ese olor que invita sin preámbulo alguno a degustar un manjar, pero debía ser cauto en mi labor, hacerlo esperar hasta que se desesperará, la antesala perfecta para ofrecerle lo que tanto le había dicho en palabras, demostrarle que la teoría no vale…
Sus manos no resistieron a presionar mi cabeza, no existía un espacio entre su miembro militar y mi boca prostituta, la respiración acelerada de él y la mía entrecortada, desesperado por no despegarme de aquel tesoro que encontré en su ropa interior, mi garganta infinita, escenario perfecto para el debut de su invierno.
El no quería hablar, el espectáculo había concluido y sus deseos era el silencio, yo quería aferrarme y repetir todo lo dicho una y mil veces, yo quería seguir muriendo en sus sexo todas las noches, él quería seguir matando a otras personas… 3 Blog

No hay comentarios: